Ya desde pequeño el mundo de los aromas se abría ante mis sentidos cuando cocinaba mi madre y me dejaba ensuciar toda la cocina jugando con los ingredientes. También con mis abuelas, grandes cocineras ambas. Aurelia, la mamá de mi madre, casi sin darse cuenta, logró una deliciosa fusión entre lo italiano y lo alemán, recuerdo las tardes de sábados merodeando en su cocina, mientras realizaba exquisitas recetas de pastelería alemana que serian degustadas al día siguiente cuando toda la familia se reunía a tomar mate; ella no me dejaba tocar nada pero me permitía hacerle compañía, y hasta me dejaba "limpiar" los batidores llenos de crema. Y los domingos cuando despertaba, ella a tenía listos los fideos y las salsas en marcha, nunca supe a que hora se levantaba para hacerlos. Bibi, la mamá de mi papá era mas clásica, sus milanesas no las supera nadie, sus deliciosos guisos y su clásica pizza frita son inigualables. Es el día de hoy que a sus 84 años, cuando vas a visitarla de sorpresa ella siempre tiene algo rico para convidarte. Ellas tres fueron sin dudas las musas inspiradoras, sin embargo fue mi esposa la que me ayudo a llegar a ser el profesional que hoy soy. Cuando me case con ella, se enamoró de mi cocina y me alentó a buscar recetas cada vez mas gourmet. Inspirándome con el Gato Dumas, Francis Mallmann y Borja me decidí a estudiar y, una vez recibido, dí mis primeros pasos con pasantías en distintos restaurantes hasta que me dieron la oportunidad de ser el Chef del Hotel Villa Victoria, donde realicé mis primeras experiencias profesionales organizando grandes eventos sociales y empresariales con una cocina que mezcla lo mejor del mundo gourmet sin perder la esencia y los aromas de las cocinas de las mujeres que tanto me enseñaron.
Es así que les doy la bienvenida a este sueño hecho realidad y los invito a probar los sabores de mi cocina.
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